viernes, 10 de julio de 2009

Google Chrome OS: expectativas y dudas

Con el anuncio esta semana de un sistema operativo basado en el navegador web Chrome, Google profundiza en su estrategia contra el dominio de Microsoft en el escritorio, atacando a la vez las dos fuentes principales de los ingresos de Redmond: Windows y Office.

El Chrome OS es la materialización del cómputo de nube, es decir, del manejo de las aplicaciones y los datos del usuario en la web, sin necesidad de instalar pesados programas en el PC.

Veamos cuáles son las principales promesas de Chrome OS y qué aspectos de esta modalidad de computación pueden ser controversiales o al menos potencialmente puntos de debilidad para los usuarios.

Con la aparición de los netbooks hace dos años, la industria fue tomada por sorpresa ya que estos portátiles subcompactos rompían el modelo "Wintel" de una manera radical. Máquinas más poderosas estimulaban el desarrollo de software con más características, lo cual a su vez exigía más hardware. Un panorama perfecto para Intel y Microsoft...-->>

Pero revisemos la propuesta de valor de las netbooks: tamaño reducido y cómodo, livianas, hábiles para las labores cotidianas en Internet y con suficientes aplicaciones disponibles en la web como para renunciar para siempre a una suite de productividad.

De hecho las primeras netbooks no traían disco duro, lo que representaba una apuesta interesante en torno al cómputo de nube, pero resultó demasiado radical, pues los usuarios todavía no estaban listos para dejar atrás sus documentos de Office -o de StarOffice-- ni los programas de productividad a los que estaban acostumbrados.

Ocurrió entonces algo inesperado, tanto para Microsoft: Windows XP, cuya vigencia se mantenía gracias a los errores estratégicos de Microsoft con Windows Vista, registró una extraordinaria demanda. Los netbooks podían funcionar perfectamente con Linux, pero esta propuesta resultaba poco amigable para los usuarios familiarizados con Windows y Office.

De allí surgió la aceleración del cronograma de Windows 7, cuya versión Starter's Edition corre sin problemas en los netbooks y a la cual se le han removido las limitaciones de la versión básica de Vista en cuanto el número de ventanas abiertas y el número de aplicaciones que pueden correr en forma simultánea.

¿Gran hermano liviano?

Google, que ya había lanzado una ofensiva en el terreno de los sistemas operativos para celulares, se decidió a lanzar la confrontación definitiva a Microsoft, al menos en el área de las netbooks.

Ofrece un sistema operativo basado en su browser Chrome y por supuesto ofrecerá sus aplicaciones web Google Docs como una alternativa natural a Microsoft Office. Si todo el mundo de las aplicaciones tiende a moverse a la web, los programas de productividad convencionales no van a convertirse en un obstáculo mayor para los usuarios móviles.

Además los documentos web progresan rápidamente en usabilidad y tienen la ventaja de ser colaborativos desde su inicio.

Pero la característica que resaltará en Chrome OS será su rapidez, pues la operación en la web no requiere de una infraestructura de software para sustentar aplicaciones locales. Respecto a la operación fuera de línea, ya Google viene trabajando en el respaldo del mail y de otros servicios, de modo que sea posible trabajar cuando se está desconectado de Internet.

Con una mayor eficiencia en los algoritmos que deciden cuál es la información que se va a respaldar localmente, llegará un momento en que los usuarios tendrán a la mano los datos que necesitan en el momento en que se desconecten. Por supuesto que esto supone que la frecuencia de conectividad será alta, ya que los netbooks serán comercializados también por los operadores de telefonía móvil.

La mayor preocupación en torno al crecimiento de Google en el área de los sistemas operativos es el aumento del alcance de su acceso sobre la información del usuario. Un software como Google Analytics intergrado en Chrome OS puede recopilar data precisa ya no solamente de las búsquedas del usuario sino de todas sus actividades ahora centradas en la web. Esto no le gustará a las organizaciones que abogan por la privacidad.

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