Un año después de su introducción al mercado, la ultra-sencilla y ultra-compacta cámara de video Flip, de la empresa Pure Digital, ha logrado arrebatar a Sony, Panasonic y otros proveedores bien establecidos del mercado de video cámaras, un 13% de share.Esto, prácticamente sin publicidad, contando sólo con las bondades de esta cámara, con capacidad para media hora o una hora de filmación y una simplicidad absoluta: sólo tiene un botón para iniciar o parar la filmación y un control mono-mando para algunos de los comandos esenciales.
Los usuarios pueden procesar sus videos con un software que viene instalado en la cámara --lo que ahorra el proceso de instalación en el PC y que puede enviar esos videos directamente a la cuenta de You Tube del usuario, quien no se entera ni siquiera en que formato están los videos.
La última versión ($140 por una hora de duración, $120 por media hora) trae una mejora, una previsión para poner la cámara en un trípode.
De resto, no hay previsión de memoria externa, ni posibilidad de ajustar la exposición ni ninguna otra característica extra. Esta simplicidad es lo que está impulsando a la Flip hacia un éxito sin precedentes en la industria.
Ya ha salido competencia, incluso de la propia Sony, pero ninguno de éstos resiste la tentación, featuritis la llaman, de agregar funcionalidades, sin saber que estos extras conspiran contra el concepto zen de Pure Digital.
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