Las cámaras digitales compactas han recorrido un largo camino y cada vez intentan integrar más características propias de una cámara profesional. Pero si preguntamos a un fotógrafo experto, seguramente nos dirá que la flexibilidad de los controles manuales de una cámara profesional y el intercambio de lentes, la ventaja principal de las modernas cámaras reflex digitales, son características que aún están muy lejos del alcance de las compactas.Es posible que esta brecha se esté cerrando con la aparición de cámaras compactas por debajo de los 500 dólares, pero con prestaciones dirigidas a usuarios con un buen dominio de la fotografía.
Una de estas cámaras es la Canon S90, que no destaca tanto por sus 10 megapixels o por su amplio visor de 3", pero que trae un lente de f2.0, lo cual significa más luz que en el caso de una cámara compacta confencional y un objetivo con rango de 28 mm a 105 mm....
El sensor no alcanza el tamaño de una reflex tradicional, pero es hasta 20% más grande que el de las cámaras compactas usuales.
Los fotógrafos profesionales traajan con un formato nativo, no comprimido, denominado raw, que está disponible con esta cámara Canon S90. Los valores ISO están entre 80 y 3200, un rango bastante amplio que aumenta las opciones para el usuario.
Quizás lo más llamativo de este modelo es un sistema de anillos de control rotatorios en torno al objetivo, para seleccionar en modo manual, la obturación y velocidad.En modo automático, puede seleccionar ISO y compensación de exposición.
La Canon S90 no es la primera que incorpora un toque profesional a las cámaras compactas, pues Panasonic lanzó primero la LX3, también con un lente de f2.0, que si bien es más limitado del lado del zoom, arranca con 24 mm, es decir, un lente ultra-wide-angle, extremadamente raro en una cámara compacta. Pero además con un lente de conversión adicional llega a 18 mm, es decir, casi la capacidad "ojo-de-pescado" en una cámara compacta.
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